El festejo que abría la temporada en el coso de 'La Era' no consiguió despertar el interés de los aficionados taurinos del municipio. La plaza registró menos de un cuarto de entrada, con presencia mayoritaria de seguidores foráneos en las gradas.
Pese a todo, hubo espectáculo y muchos trofeos.
El Cartagenero, oreja.
Dámaso González, oreja y dos orejas.
Abel Valls, dos orejas y oreja.
José Manuel, dos orejas y dos orejas.
Solo el rejoneador de Cartagena salió a pié al tocarle en suerte un mansurrón astado con el que no pudo desplegar su arte sobre el caballo. El resto de la terna tuvo mejor fortuna y los tres espadas abandonaron el ruedo a hombros despues de realizar un meritorio trabajo ante sus oponentes. Destacar las dos faenas del murciano José Manuel, que lució brazalete negro por la muerte de una hermana, cuyo luctuoso hecho ocurría hace apenas unos meses. El de Alquerías se convirtió en el triunfador de la tarde con sus cuatro trofeos. En la parte negativa, citar que la lidia de los dos últimos novillos hubo de hacerse bajo la insuficiente luz artificial que presenta la plaza abaranera. Y es que lo extenso de algunas faenas, unido a lo amplio del cartel, atrasaron bastante el final del festejo. Este último hecho, junto al frío reinante que se dejó sentir nada más anochecer, deslució considerablemente las dos faenas que cerraron la novillada.
Pese a todo, hubo espectáculo y muchos trofeos.
El Cartagenero, oreja.
Dámaso González, oreja y dos orejas.
Abel Valls, dos orejas y oreja.
José Manuel, dos orejas y dos orejas.
Solo el rejoneador de Cartagena salió a pié al tocarle en suerte un mansurrón astado con el que no pudo desplegar su arte sobre el caballo. El resto de la terna tuvo mejor fortuna y los tres espadas abandonaron el ruedo a hombros despues de realizar un meritorio trabajo ante sus oponentes. Destacar las dos faenas del murciano José Manuel, que lució brazalete negro por la muerte de una hermana, cuyo luctuoso hecho ocurría hace apenas unos meses. El de Alquerías se convirtió en el triunfador de la tarde con sus cuatro trofeos. En la parte negativa, citar que la lidia de los dos últimos novillos hubo de hacerse bajo la insuficiente luz artificial que presenta la plaza abaranera. Y es que lo extenso de algunas faenas, unido a lo amplio del cartel, atrasaron bastante el final del festejo. Este último hecho, junto al frío reinante que se dejó sentir nada más anochecer, deslució considerablemente las dos faenas que cerraron la novillada.
Fuente:abaran 7 días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario